Mis navidades

Son casi iguales todos los años, apuradas, con mucha risa y relajadas en general.

Mi abuela se encarga de hacer en su casa la carne para la cena, yo preparo los acompañamientos, me preocupo de mantener la casa lo mas ordenada posible, cosa que desde que nacio terremoto es practicamente imposible, pongo la mesa, los regalos en el arbol, que siempre son demasiados, prometo que el año que viene no comprare tanto y sere mas austera...

Entre tanto empiezan a llegar los invitados a la casa, siempre familia y uno que otro amigo huerfano que quedo botado, se sirve un aperitivo, casi siempre solo para la pituca de mi tia, los demas tomamos cerveza, chocamos a cada rato, algunos ofrecen ayuda, los de siempre se van a un rincon del patio a conversar y tomar. Yo, bueno como todos los años corro como loca poniendo las ultimas cintas a los regalos y pasando lista mental para ver si se me olvido alguien, nunca se me escapa nadie por suerte.

Arreglo la mesa, termino justo en la hora para empezar a cenar, me siento derechita y al minuto siguiente estoy desparramada en la silla, comiendo con un cansancio gigante, pero contenta de ver a la mayoria de mi familia junta.

Pienso en las navidades alegres de mi infancia, que fueron pocas, recuerdo las amargas cenas que vivi en el pasado y me sale una sonrisa al ver que ahora estoy tranquila.

Llegan las doce y a esa hora yo ya ando por la casa chascona y a pata pela, con la misma ropa de siempre, bien comoda, haciendo de vieja pascuera, me siento en el suelo y empiezo a llamar a cada uno para entregar sus regalos, mi mejor pago es la sonrisa de ellos. Sobre todo la sonrisa de mi hijo, feliz rompiendo los papeles y hablando en su lengua muerta que nadie entiende mas que yo y mi marido. Recibo mis regalos, agradezco la atencion y doy gracias en silencio por la suerte que tengo de compartir este dia especial con la gente que quiero.

Hoy escuche una noticia que me cayo como regalo de navidad. Rescataron a los dos hombres que estaban atrapados en una mina, se me hizo un nudo en la garganta, todo el dia pense en ellos y en sus familias, y en que gracias a Dios nunca he pasado por esa situacion a pesar de que la mia es una familia de mineros y entiendo perfecto su angustia. Me puse contenta, bien contenta.

Que mas?? Nada, mañana sera lo mismo otra vez, voy a terminar agotada y me voy a dormir con una sonrisa, voy a agradecer calladita y pensare en lo feliz y afortunada que soy.

La consulta.

Ayer fui al Doc, atrasada para variar, llegue justo, con mis examenes en la mano corriendo como loca. Me siento a esperar que me llamen... ya!! listo, consulta 32.

(Tenia hora con una doc que se llama Karen, pero se enfermo y cambiamos de doc)

Toc toc, ... adelante...

Abro la puerta y casi me voy de soberana raja cuando vi al dostor, mino... o sea, como 33 años (cuando mucho), morenito, muy guapo, y me va entrando una plancha de los mil demonios al pensar que podia examinar mi imperfecta humanidad.

Rechucha (pense), si me pide que me desvista, salgo rajà de aqui, no me atrevo a sacarme ni los zapatos. Menos mal que tempranito me habia despertado con ganas de producirme un poco, aminarme para darme un poquitin de animo en esta fecha tan desgraciada que me tiene media patuleca. Asi que me puse una polerilla que insinuaba bastante de mi anatomia superior, o sea, derechamente me quedaba apretadilla de las pechugas, me doy cuenta de eso, y lo confirmo al ver la cara de los viejos de mierda que juran que tengo la cara mas abajo del cogote y se les cae un hilo de baba, no hay derecho...

La cosa es que despues de darme un calido apreton de manos el doc, super profesional me pregunto que si me pasaba algo, que por que consultaba, y o con la voz media cortada le explique que solo era para revisar los examenes... mmm, murmuro, los miro con atencion y me dio el noticion... todo bien!!!

Chucha, que bueno pense, me salve. Pero seguia sintiendome rara, seria por tener a ese especimen a tan corta distancia, asi que respire profundo y trate de relajarme, entre chacharas varias derrepente me dice: sube a la camilla y dejame ver tu espalda, me miro fijo a los ojos y yo media hipnotizada no atine a ni una wea mas que a hacerle caso. Que plancha!!!! Estaba demasiado cerca, y me tocaba la espalda demasiado bien. A la mierda... que termine luego, transpiraba helado ya...

Al final me mando al kinesiologo para probar algunas tecnicas de relajacion (¿?)

Me pregunto que por que creia yo que estaba tan estresada y si habia algo que pudiera cambiar.

Aqui la cage. Ni cache cuando me escuche diciendo que a lo mejor me iria atras en el tiempo y no me casaba ni tenia hijos para evitar todo este cacho, y una risotada veguina salio de mi humilde boca. Se la contagie por que se cago de la risa tambien.

Al final me dio mas pastillitas y me pidio encarecidamente volver en 2 semanas mas a "verlo". Un apreton de mano y un beso jugoso en la mejilla. Pisando huevos sali de la consulta y dando gracias por que menos mal la wea era medicina general y no ginecologia, por que ahi seguro me muero de un infarto...

Me gusta...

Me gustan algunas cosas, con las que disfruto dia a dia, y me parece una buena idea recordarlas, para concientizarme de lo viva que estoy y de que a veces me pierdo en lagunas mentales inutiles en vez de aprovechar estas pequeñas cosillas que me alegran.

- El olor y el sabor de un cafe al despertar por la mañana, me da animo.

- Taparme hasta las orejas por las noches, siempre, debe hacer muchisimo calor para que saque una pata al aire libre.

- Los cerezos en flor, me recuerdan la casa donde vivi de niña.

- El aroma a tierra mojada, me transporta inmediatamente a la casa de mi bisabuela.

- Los zapatos con taco, mientras mas alto mejor, hacen que me vea eterna, por el metro ochenta por lo menos.

- Dormir, lo mas que pueda.

- Sentarme en la playa de Pichilemu, eso me tranquiliza mas que cualquier cosa.

- Leer casi cualquier cosa, desde La Cuarta hasta libros profuuuuundos.

-Andar sin zapatos, desde octubre hasta marzo, media año a pata pela.

- Desde las 8 de la tarde hasta que se va el sol, adoro ese horario, en verano, claro.

- Saber que hay gente que me quiere, no importa lo que haga.

- Los aromas de la feria el dia domingo.

- Musica, blues preferentemente, B.B. King si o si.

- El chocolate, saborearlo lentamente sin culpa.

- Que mi marido de tape por las noches antes de dormir, como lo hacia mi papa cuando era pequeña.

- La luna llena.

- Los tulipanes.

- Andar un dia entero sin ropa interior.

- La cerveza, Austral Patagona bien helada.

- El whisky

- Mis cigarros, fumar sin apuro, como si fuera el ultimo.

- Regalar.

- Hacer manualidades y cocinar (cocino como mi abuela, manito de monja)

- Nadar.

- Mi hijo, nada tendria sentido sin el.

Seguro hay mas cosas, pero la lista ya es larga y prefiero dejarla hasta ahi.

Lo malo?? puff, esa lista tambien es larga y mejor despues la hago.